Otro cuento de este ciclo de Halloween que presentamos a los lectores lleva por título La curiosidad mató al gato. Escrito por Mario Marín Caballero, de 4ºB de ESO, relata las aventuras de un grupo de amigos a los que la curiosidad arrastra hacia un barco viejo y abandonado…
LA CURIOSIDAD MATÓ AL GATO
por Mario Marín Caballero
—Agente, me dispongo a entrar. El comandante Reynolds abrió la puerta lentamente, hacía una hora que había recibido un reporte de algo sobrenatural que provenía del crucero abandonado que estaba en el puerto.
Para su sorpresa, no había nada detrás de la puerta, inspeccionó el camarote en busca de pistas o respuestas a sus numerosas preguntas.
¿Por qué habrían llamado a la comisaría? ¿Qué tenía que ver este barco abandonado con todo esto?
—No es momento para ponerte filosófico, Reynolds —se dijo a sí mismo, y siguió buscando cuando de repente apareció un niño corriendo por los pasillos, llorando y gritando.
—Por favor, ayúdame, “algo” ha matado a mis amigos —gritaba el chaval.
No podía tener más de 15 años, era alto, con el pelo castaño y no paraba de repetir todo el rato “La curiosidad mató al gato”.
Había pasado un día desde lo sucedido, el comandante había llevado al niño a la comisaría. Le preguntó si tenía padres, no contestó. Le preguntó si tenía hermanos, tampoco contestó. El chico seguía en estado de shock, seguía repitiendo la misma frase una y otra vez.
Al día siguiente lo encontraron muerto. Se había suicidado. Había una pintada en la pared con sangre que decía: “NO COMETAS EL MISMO ERROR QUE YO”.
Cinco días antes:
—Despierta Rick, que vas a llegar tarde al instituto, le gritaba su hermano. Rick se levantó de la cama adormecido y bajó a la cocina a desayunar, ahí estaba su padre y su madre. Terminó de desayunar y se fue al instituto; allí se juntó con sus amigos James, Morty y Mike. Todos los días era la misma rutina de siempre: dar clase, comer y volver a casa.
Por la tarde los cuatro siempre quedaban para jugar a lo que fuese, después cada uno volvía a su casa en bici. Pero esa noche iba a ser diferente.
Cuatro días antes:
—Oye, ¿dónde está Mike? Dijo James,
—No sé —respondió Morty—, estará malo como siempre, pero seguro que después viene a jugar.
Tampoco fue a jugar.
El grupo, preocupado, llamó a su casa para ver cómo estaba, el teléfono lo cogió su madre.
—¿Esta Mike en casa? —Preguntó Rick,
— No, pensaba que estaba con vosotros —respondió la madre un poco alterada—, lleva sin venir a casa desde anoche, le tiene que haber pasado algo. Voy a llamar a la policía.
Mientras tanto en la comisaria el comandante Reynolds estaba tomándose un café, cuando sonó el teléfono.
—¿Sí? —Contestó el comandante
—Hola, sí, quiero denunciar la desaparición de mi hijo Mike —dijo la madre ya nerviosa y preocupada.
—¿Cuál es su aspecto físico?
—Es bajo, regordete, con el pelo castaño y ojos marrones, dijo la madre.
—Ok, vamos a iniciar la investigación, le comunicaremos toda la información que vayamos obteniendo.
Tres días antes:
En el instituto ya se ha enterado todo el mundo de la tragedia pero nadie hacía nada al respecto excepto Rick, James y Morty, que decidieron buscar por todo el pueblo, pero no había ni rastro de Mike ni tampoco sabían adónde podía haber ido.
A la vuelta, Rick se encontró con un cartel que decía algo extraño: “¿QUIERES ENCONTRAR A TU AMIGO? VEN AL PUERTO, PERO NO SEAS MUY CURIOSO, A VER SI TE PASA LO MISMO QUE A ÉL”.
Rick se quedó impactado y le dijo a sus amigos si lo habían visto, ninguno parecía haber visto nada, entonces Rick se dio la vuelta para enseñárselo pero el cartel había desaparecido, Rick notó que había alguien cerca observando pero no le dio mucha importancia.
Dos días antes:
Los tres acordaron que después del instituto iban a investigar al puerto, pero James al llegar a su casa se encontró con que sus padres le habían prohibido salir debido a la desaparición de Mike. Se tuvo que escapar y los tres salieron ya casi de noche en dirección al puerto.
No había mucha iluminación y tampoco muchas personas, de hecho estaban solo ellos en la calle principal. Tuvieron que saltar unas cuantas vallas y despistar a un segurata para poder entrar al puerto. No había muchos barcos amarrados, la mayoría eran barcos pesqueros. Pero había uno que se imponía sobre el resto, un crucero abandonado listo para ser desguazarlo en piezas.
Empezaron a buscar por los astilleros y por los demás barcos, eran ya las 5 de la mañana, así que tenían que volver a sus casas, acordaron volver al día siguiente para terminar de inspeccionar todo.
Un día antes:
Cayó la noche, volvieron al puerto, tocaba la última parte, iban a descubrir lo que estaba pasando.
Sospechaban del crucero abandonado, así que entraron. Se tuvieron que mojar un poco pero no les resultaba un problema. Todo estaba lleno de basura y se notaba que nadie había pisado ese suelo desde hacía unos cuantos años. Había muchos pasillos y plantas y no sabían por cuál empezar; una noche no iba a ser suficiente para inspeccionar todo el crucero. Esa noche hicieron el mayor descubrimiento de todas sus incursiones: un rastro de sangre que bajaba al sótano. Como no les daba tiempo a seguir tuvieron que dejarlo para el día siguiente.
La última noche:
La policía no había encontrado todavía ninguna información útil y estaba por dejar el caso. Esa noche ya era fin de semana, por lo tanto había más personas por la calle, pero no supuso un obstáculo en cuanto a la investigación de los chavales.
Continuaron el rastro de sangre y bajaron al sótano, allí no había ningún tipo de iluminación, así que tuvieron que utilizar linternas. Mientras estaban buscando, de repente, se oyó un sonido gutural proveniente de cerca.
Los chicos fueron a investigar y se encontraron con una puerta cerrada, casualmente el rastro de sangre se cortaba ahí. Pensaron que alguien había raptado a Mike y lo había metido ahí dentro, seguro. Los chavales llamaron a la policía pero no todo iba a ser tan fácil para ellos. De repente, la puerta se abrió y ahí estaba Mike, pero muerto y en estado de descomposición. Los chavales entraron y tras ellos la puerta se cerró instantáneamente. Forcejearon pero no pasó nada, a continuación se oyó una voz que les dijo: “Os dije que no vinieseis, pero ya veo que la curiosidad mató al gato”. Seguidamente “algo” dejó inconsciente a los tres.
Rick se despertó a la hora más o menos, al abrir los ojos vio a sus dos amigos muertos también, junto con el pobre Mike. Había “algo” comiéndose los miembros de sus compañeros y no prestaba atención a Rick. Este, aterrorizado, no sabía lo que hacer. De repente, recordó que había llamado a la policía, por lo tanto debían de estar cerca, pero se sentía demasiado cansado y pesado como para correr. Aun así hizo un acopio de energía y salió corriendo, por suerte la puerta estaba abierta y la “cosa” se dio cuenta tarde de que había desaparecido.
La “cosa” corrió detrás de él pero al ver a lo lejos a la policía decidió no intervenir.
Y a partir de ahí, ya nadie supo más de este tema. Estaba claro que era mejor no intervenir.
Hoy ha aparecido un cartel en la valla del instituto que decía “LA CURIOSIDAD MATÓ AL GATO: SI QUIERES SABER QUÉ PASÓ, VE AL PUERTO”.