Ponerse en la piel de nuestros alumnos de 4º de la ESO un día como este no es fácil. Cabe suponer la cantidad de emociones y sentimientos que les debían de rondar una vez terminada esta etapa y llegado el momento de su reconocimiento.
Era el día de su graduación y el colegio se volcaba con ellos para celebrar este acontecimiento con un acto que anualmente se repite y que forma parte de un final de curso ya inminente.
Los vimos aparecer por la mañana. Venían nerviosos y entre ellos comentaban las últimas novedades en cuanto a los trajes y vestidos que lucirían por la noche. Habían quedado con los tutores para ultimar detalles, ensayar discursos, decorar escenario y colocar las más de 200 sillas en el patio central donde tradicionalmente se enmarca el evento.
Rondando las ocho de la tarde el colegio estaba espectacular. Como dirían Carlos y Andrea en el discurso de graduación: “¡Ni que se celebrara la gala de los Óscar!”. Los alumnos y las alumnas estaban deslumbrantes, engalanados para la ocasión nos sugerían, como después apuntó don Fidel, que los reconociéramos como “Damas y Caballeros”.
El acto transcurrió de manera muy emotiva donde el discurso de los alumnos con sus comentarios irónicos, que nos hicieron sonreír a todos, dio paso, como parte central del acto, a la imposición de bandas y entrega de orlas a cada uno de ellos. Los padres emocionados, atónitos, no lograban entender cómo esos niños, que hasta hace poco tenían entre sus brazos, recogían orgullosos sus respectivas acreditaciones.
La presidenta del AMPA pronunció unas palabras dirigidas a los graduados en las que destacaba el día que celebramos no como un fin sino como una parada desde donde vislumbrar y acertar en la elección para un futuro ya inmediato.
El discurso de don Raimundo era esperado. Nuestro Director aprovechaba el momento dentro de un año muy importante para él. Cuando don Raimundo habla el tiempo en el cole se detiene. A todos nos llegaron sus mensajes. Todo quedaba dicho y además, como siempre, desde el corazón.
Una vez rebajadas las formalidades, la cena profes-alumnos resultó amena y entrañable. Un ambiente donde acompañaba una espléndida noche de junio que, como todo, resultó extraordinaria. Luego vendría todavía un rato de fiesta, pero de eso ya no tengo referencias.
Pascual Tomás. Tutor de 4º ESO A.