El tiempo, siendo fiel a su propósito y tenaz en su persistencia, sigue transcurriendo, y así nosotros otro año más hemos celebrado en el colegio el Día del Libro con la representación, ayer, viernes 22, de dos obras teatrales que desde finales de enero vienen preparando los alumnos de 4ºB y 4ºC de ESO.
A las 13:35 h., una vez sentados los asistentes frente al escenario, intrigados porque no sabían qué iban a ver, y tras una breve presentación del acto, se abrió el telón…
Nervios previos
Minutos antes, los actores pululaban entre bambalinas, terminando de arreglar sus ropas, de ponerse los micrófonos, de perfilarse los tatuajes, de ajustarse las gorras, de enfundar sus pistolas, de preparar sus libros…, unos más nerviosos que otros:
—Profesor, y si me da por reírme, ¿qué hago? ¡Si ya me está entrando la risa…!
—Jolines, profe, qué nervios…
—Profe, ¿y si se me olvida lo que tengo que decir?
Soñando con islas desiertas: el teatro existencial de 4ºB
La primera obra que se representó fue La isla desierta, del escritor argentino Roberto Arlt, adaptada para la ocasión por quien esto escribe. Doce alumnos de 4ºB integraron el reparto: Elena Albarracín fue la jefa de la oficina, que se enfada con los trabajadores porque estos se distraen mucho mirando al puerto y al mar a través de una gran cristalera y cometen errores, y porque Don Antonio (Aaron Sánchez) insiste en que así no se puede trabajar y que, por tanto, no va a trabajar más.
En esta oficina llevan siete años; antes estuvieron durante veinte años en unas dependencias subterráneas donde nunca veían la luz del día, de ahí que la jefa deba llevar gafas de sol. Mientras esta va a buscar al Director General (Álvaro Sánchez), los trabajadores, asombrados por las historias que les cuenta Cripriano (Alberto Díaz), un mulato que ha recorrido el mundo y ha vivido en islas exóticas, van tomando valor para abandonar sus trabajos y marcharse lejos…, aunque sus sueños parecen desmoronarse cuando regresa la jefa acompañada del Director General…
Los trabajadores fueron interpretados por Mª José Muñoz, Laura Sánchez, Iria Vicente, Andrea García, Laura Campos, Silvia Hernández y Marta Lares. Paula Molina desempeñó la función de narrador al inicio de la obra, para presentar este enfrentamiento entre la rutina de los días y el anhelo de evasión, entre la realidad y el deseo:
EMPLEADA 4ª.—¿Qué tiene que ver el subsuelo?
ANTONIO.— (Camina junto a la cristalera.) No sé. La vida no se siente. Uno es como una lombriz solitaria en un intestino de cemento. Pasan los días y no se sabe cuándo es de día, cuándo es de noche. Misterio. (Con desesperación.) Pero un día nos traen a este décimo piso. Y en el cielo, las nubes, las chimeneas de los transatlánticos se nos meten en los ojos. Pero entonces, ¿existía el cielo? Pero entonces, ¿existían los barcos? ¿Y las nubes existían? ¿Y uno, por qué no viajó? Por miedo. Por cobardía. Mírenme. Viejo. Achacoso. ¿Para qué sirven mis cuarenta años de contabilidad y de chismerío?
Atraco intrascendente: el teatro cómico de 4ºC
A continuación, once alumnos de 4ºC representaron la obra ¡Esto es un asalto!, del también argentino Fabián Choque, adaptada igualmente para esta ocasión. Si bien la acción de la obra original transcurre en un banco, nosotros la situamos en un supermercado, donde unas cajeras un tanto despreocupadas (Elena Fragua y Noelia Nicolás) son víctimas, junto con el reponedor (Adrián Huéscar) y dos clientes (Rafael Martínez y Mayte Ortín), de un atraco que realizan dos delincuentes un tanto peculiares: Gandaya (Carlos Mata) y Pillo (María Osete), armados y encapuchados, que no parecen entenderse muy bien y terminan enzarzándose en una discusión porque el Pillo quería repartir tarjetas de visita entre los atracados, por si estos precisan de sus servicios en el futuro:
Aquí abajo está el número, llámennos si necesitan ayuda para cualquier atraco, asalto, robo…, desvalijar alguna casa, falsificar moneda, en fin, para cualquier acto delictivo… ¡Incluso para algún secuestrito, todo es hablarlo!
Durante el atraco, por el altavoz del supermercado (Fermín Martínez), se oyeron ofertas del día bastante extrañas, como aquella oferta para el día siguiente: Se les comunica a los señores clientes que mañana estarán a su disposición los nuevos chalecos antibalas, con un descuento del uno por ciento.
La situación podría haberse salvado, porque en ese preciso momento había dos policías (Pedro José López y Jessica Castellón) en los aseos del supermercado, aunque tampoco les preocupó mucho el asunto al ver el tamaño de las pistolas que llevaban los asaltantes. El guardia de seguridad (Luis González), que llegó en medio del atraco con un bocadillo en la mano, tampoco estaba por la labor de intentar salvar la situación, y se mostró tan amable que hasta llegó a ofrecer a los asaltantes tres eurillos que le habían sobrado del bocadillo.
Imprevistos en el reparto de 4ºC
Aunque Carlos Mata interpretó finalmente al atracador Gandaya, quiero dejar constancia de que inicialmente era Jessica Ericson quien iba a desempeñar ese papel, pero por motivos imprevistos (¡se fue de viaje a África!) nos vimos obligados a hacer un cambio apenas dos semanas antes del estreno: Carlos, que inicialmente iba a hacer de «altavoz» para anunciar las ofertas del día mientras se desarrollaba el atraco, se armó de valor y en apenas unas horas de ensayo, más las que tuvo que dedicar para aprenderse el papel, consiguió dar vida a un Gandaya lleno de arrojo que acabó zarandeando a su compañero de crímenes.
A este pequeño obstáculo se suma el hecho de que esta obra la habíamos preparado para representarla el 18 de marzo en las fiestas del cole, pero un día antes tres de nuestros actores cayeron víctimas… no de un atraco, sino de una gripe, y hubo que suspender la función.
Descargar La isla desierta, de Roberto Arlt (adaptada)
Descargar ¡Esto es un asalto!, de Fabián Choque (adaptada)