Cuando el pasado curso se preparaban las actividades de nuestra fiesta de San José en el colegio, una idea de los profesores de Bachillerato irrumpió con fuerza en el planning habitual: la realización de una Yincana para los alumnos de 3º, 4º de ESO y Bachillerato. El objetivo era dedicar a nuestros alumnos mayores un rato de diversión, dentro del marco festivo, a la vez que integrador donde se sintieran parte fundamental del colegio, adquiriendo ese compromiso de participación que muchas veces queda relegado, dando prioridad a otros objetivos propios de esta etapa final en sus estudios. Estamos acostumbrados a la ilusión, compromiso y dedicación con que se preparan todos y cada uno de los proyectos en nuestro colegio, pero estábamos ante un reto diferente. Se requería, para lograr el éxito de la iniciativa, una implicación activa por parte de los alumnos, una motivación especial que sabemos, concretamente en alumnos de esta edad, no siempre es tarea fácil.
Pues bien, el resultado dejó el listón tan alto que era difícil imaginar que una segunda Yincana lograra siquiera igualar a la primera.
Preparación
Desde el primer momento, ya en esta segunda edición, los profesores dieron rienda suelta a su creatividad y pusieron en marcha la maquinaria. Para conseguir una actividad dinámica y flexible se ha evitado encasillarla bajo unos únicos parámetros de funcionamiento, persiguiendo un planteamiento abierto donde, dando rienda suelta a la imaginación, los profesores tratan de innovar en las pruebas planteadas. El resultado es siempre a mejor.
¿Por qué celebrar una yincana?
¿Por qué dedicar tiempo y esfuerzo a una actividad que parece concluir en un simple rato de diversión? ¿por qué apostamos por la Yincana? ¿conseguimos un rédito educativo? Tenemos clara la respuesta. Nos permite poder transmitir a nuestros alumnos, de una forma diferente, valores y actitudes inherentes a la educación y formación de la persona. Así se pretende poner en valor el compañerismo, trabajo en equipo, solidaridad, amistad, espíritu de superación, motivación… y todo en un tiempo aproximado de dos horas. Un abanico enorme de posibilidades augura a nuestra Yincana futuras ediciones siempre novedosas e ilusionantes.
El día previsto no era un día cualquiera, era el día de la Yincana. La expectación en el colegio crecía por momentos durante las primeras horas de la mañana. Los diversos “puestos de control” iban haciendo acto de presencia en el patio central. Los equipos se dejaban ver ya con sus trabajados y espectaculares disfraces. El entorno se equipaba de la decoración propia….
De cómo transcurrió todo da cuenta la crónica de los propios alumnos. Nosotros ya preparando la siguiente.
Pascual Tomás. Profesor de Matemáticas 2º y 3º ESO.