El pasado miércoles, los alumnos de 3º y 4º de ESO del Colegio San José realizaron una salida al teatro: en el Auditorio Víctor Villegas, asistieron a una representación de El perro del hortelano, obra de Lope de Vega, el Fénix de los Ingenios, ofrecida por la empresa Recursos Educativos.
Tras salir del Colegio a las 8:30 h. y montarse en el autobús, le faltó tiempo a la mayoría de alumnos para sacar sus móviles y dedicarse, desde ese momento hasta las 9:40, hora en que entraron a la sala, a hacerse fotos y a jugar a diversos juegos: sus interacciones, en general, estaban orientadas en este sentido. Se trae a colación aquí el asunto de los móviles porque la adicción a estos dispositivos no deja de ser alarmante: al igual que muchos adultos, estos adolescentes –cuyos actos, en muchas ocasiones, son el resultado de la imitación de los adultos de su entorno– no saben diferenciar el uso del abuso y viven enfrascados en este mundo virtual. Lo que es obvio, a todas luces, es que las formas de interrelación se han modificado de una forma bastante significativa, y sus consecuencias las conoceremos con el paso del tiempo, si bien es cierto que no son pocos los estudios científicos que nos advierten de algunas. A modo de ejemplo, léase este artículo, o este, o este otro.
Una vez sentados en las butacas, los alumnos pudieron disfrutar de una hora de espectáculo, viendo los enredos de la Condesa Diana, cuyos actos estaban regidos por los terribles celos que le generaba el romance de Teodoro con Marcela… Algunos alumnos señalaron a la salida que no habían entendido algún aspecto o momento concreto de la obra, de cuyo argumento ya habíamos hablado en clase, si bien tampoco se puede afirmar que esa falta de comprensión no se debiera a algún despiste durante la representación, pues no fueron pocos los jóvenes espectadores que se distrayeron comentando algo puntual con el compañero, o mirando de vez en cuando sus teléfonos. Algún alumno, incluso, fue sorprendido por su profesor jugando a algún juego en su móvil durante la representación.
La obra fue bastante entretenida y gustó a la inmensa mayoría de asistentes. La interpretación de los cuatro actores que dieron vida a la Condesa, a Fabio, a Marcela, a Teodoro y a Tristán, a Rodrigo y a Federico, a Ludovico…, gustó mucho al auditorio, que aplaudió en prácticamente todos los cambios de escena y, por supuesto, al acabar la obra.
Finalizada la representación, se entabló un pequeño diálogo entre actores y público, rompiendo esa cuarta pared que separa el mundo ficcional que se desarrolla sobre el escenario del mundo real que acontece en las butacas.
Una vez fuera del Auditorio, los alumnos se comieron sus bocadillos, se hiciero (más) fotos y, finalmente, regresaron en el autobús, justo a tiempo para disfrutar del recreo de las 12.20 h. antes de retomar las clases.