A Hipatia, una maestra y filósofa griega de comienzos del siglo V que destacó en el campo de las matemáticas, se le atribuye la frase: “Defiende tu derecho a pensar, porque incluso pensar de manera errónea es mejor que no pensar”. La transmisión de este hábito a nuestros alumnos, como profesores, debe estar siempre en el punto de mira.
La tarde del 21 de Marzo estaba señalada en el calendario de actividades del cole con la participación de nuestros alumnos en el concurso que, a nivel internacional, organiza la Asociación Canguro sin Fronteras (KSF).
Una actividad que el departamento de Matemáticas del Colegio San José considera ajustada a uno de sus objetivos: que nuestros alumnos pierdan ese “miedo” a las matemáticas y a su estudio. Que descubran una manera de divertirse resolviendo ejercicios matemáticos encontrándole un sentido recreativo a la materia.
Preparar una nueva edición del concurso matemático Canguro era todo un reto para nuestro departamento de Matemáticas, dado el resultado obtenido en la última. Cuando el listón queda alto en cualquier proyecto realizado, sabemos que es difícil, para repetir, lograr la motivación suficiente en los alumnos ¿Responderán nuestros chicos? Era nuestra duda. Fueron ellos mismos los que nos resolvieron desde el principio los interrogantes planteados. Los que participaron el curso pasado preguntaban con interés por cuándo empezarían las sesiones preparatorias y animaban a los nuevos, presumiendo, al comentarles sus sensaciones y experiencias, como veteranos.
Y llegó el día esperado. Una vez trasladados a la sede asignada para la realización de las pruebas, la presentación estuvo rodeada de amabilidad y simpatía por parte de los profesores responsables e hizo sentirse a nuestros participantes centro de atención y seguros de sí mismos. Un recibimiento lleno de detalles por parte de la organización, con obsequio incluido, consiguió, sin duda, rebajar los nervios y preparar de manera óptima el comienzo de las pruebas. También resultó ser un aliciente para nuestros alumnos verse junto a participantes de otros centros e intercambiar impresiones con ellos tanto antes como después de los ejercicios.
Asignación de aulas por niveles, recordatorio de normas de participación, explicativa de un correcto solucionario y apertura de sobres con las cuestiones a resolver fueron los pasos previos dentro de unos tiempos establecidos ajustados al horario previsto. Ver las caras de nuestros alumnos era reconocer con satisfacción que se sentían capaces de resolver retos consigo mismos y con los demás.
Que nuestros alumnos muestren interés por saber, por aprender, por conocer y, como decía Hipatía, por pensar, nos llena de satisfacción y es por lo que vale la pena enseñar y transmitir. Sean así, las herramientas como el “Canguro Matemático” las que nos permitan conseguir esos logros en su formación. Hasta la próxima edición.
Pascual Tomás.