
Empieza el mes de Febrero en el Colegio con nuevas actividades que a los alumnos siempre les motivan y enriquecen.
En este caso estaba prevista, para los alumnos de 3º de la ESO, la excursión al sendero cultural de El Valle en pleno corazón del Parque Natural del mismo nombre que, uniendo naturaleza con religiosidad, enlaza los tres centros de visitantes: Centro de la Naturaleza, ermita de San Antonio el Pobre y Centro de Visitantes de la Luz.
¡La excursión!
Comenzaba la semana con malos augurios respecto a lo meteorológico. Diversos frentes acechaban por el norte según la previsión. “Profe: ¿lloverá mañana? ¿Hará frío? Ya sabe… ¡La excursión!”. “No tendría nada de particular, estamos en fechas donde lo normal es tener un tiempo más bien desapacible”.
Una vez más nuestro clima murciano se encargó de sorprendernos. Un día despejado y con un sol maravilloso nos daba la posibilidad de disfrutar en nuestra salida de una naturaleza que se ofrecía esplendorosa.
Acompañaban y dirigían la expedición las profesoras Inmaculada Ballesta y Mercedes Hernández, a las que costaba distinguir entre el grupo de alumnos que, con sus cámaras de fotos, contaban las instantáneas realizadas por cientos.
Centro de visitantes de La Luz
El Centro de Visitantes de La Luz tiene como finalidad el aprovechamiento de los recursos naturales y patrimoniales de la zona para convertirlos en destino turístico. Inmerso en un lugar pleno de vistas de interés, se convierte en un observatorio privilegiado de gran alcance en todas direcciones.
Los espacios expositivos dedicados a los Iberos, primeros pobladores asentados en la zona, la presencia religiosa del lugar, forjada en torno a cuevas ocupadas por eremitas en la Baja Edad Media, y la historia del montañismo murciano, cuna de grandes gestas del alpinismo mundial, completan la oferta cultural del centro.
La ermita de San Antonio el Pobre
La Ermita de San Antonio el Pobre fue construida hacia 1735 por José López, diseñador del tercer cuerpo de la torre de la Catedral de Murcia. Sobre el siglo XV, hombres dedicados a la contemplación, oración y penitencia, tomaron El Valle como lugar de asentamiento viviendo en chozas de piedra y cuevas. Entre ellos se encontraba Juan, conocido como el Pobre, que habitó este lugar y que solo disponía de un lienzo franciscano de San Antonio de Padua. Esta representación del santo franciscano despertó la curiosidad y devoción de los huertanos de la zona, que acudían a la cueva atribuyéndole el milagro de la disminución del número de víctimas de la peste que asolaba a la sociedad de la época.
El regreso
Eran las 13:00 horas y el autobús esperaba para, según lo previsto, realizar el regreso y llegar a tiempo para la clase de “última hora”. Todo salió perfecto, contribuyendo a ello el buen comportamiento de los alumnos, la magnífica dirección de las profesoras y, por supuesto, la soleada mañana que, curiosamente, empezaba a estropearse mientras regresaba la expedición.
Hasta la siguiente.
Pascual Tomás.