Hola, compañeros: Ahora sí que sí; ahora puedo deciros que ha llegado el momento tan ansiado, tan deseado y no menos merecido de mi “pre”.
Valiéndome de este nuestro blog, quiero compartir con todos vosotros unas reflexiones que hago en voz alta.
Creo, sinceramente, que compartiréis mi opinión cuando digo que esta nuestra profesión nos da tanto o más de lo que ofrecemos. No es menos cierto que, en ocasiones o en muchas ocasiones, desearíamos hacer desaparecer por momentos a algún alumno del aula, pero eso es parte de la magia de enseñar.
Cada año abrimos una puerta por la que entran en nuestras vidas un buen número de alumnos que, en mi caso, están en esa difícil pero no menos atractiva edad de la adolescencia y postadolescencia y que esperan de nosotros que seamos los faros que iluminen el mar de dudas que les asaltan, psicólogos que sepamos dar explicación a sus ansias, miedos, frustraciones, desencantos, a sus desconcertantes actitudes, magos que sepamos colmar de conocimientos y experiencias de vida…
¡Tutores… de tantas cosas!
Ahora, a las puertas de empezar una nueva y más sosegada andadura en mi vida, creo que fue acertada la elección que hice con 17 años de dirigir mis pasos a la educación, dejando a un lado lo que era mi otra gran pasión: la investigación. Siempre me veía entre microscopios, probetas de laboratorio y siendo capaz algún día de lograr un descubrimiento importante. Pero la enseñanza me cautivó y a ella me entregué de lleno. Y, ciertamente, os digo que me ha colmado de inmensos regalos: me ha permitido compartir tantos sueños con muchísima gente estupenda … … que siento con el paso de los años que hice lo correcto y nunca por ello me he arrepentido de aquella decisión.
Me he sentido y me siento orgullosa de nuestro colegio. En él, he encontrado profesionales que entienden y han entendido que la DOCENCIA es algo más que venir a impartir clases. Colegas que saben que es fundamental inculcar valores para que nuestros alumnos aprendan a creer en sí mismos, a saber que únicamente el esfuerzo, el tesón y la disciplina serán los buques insignia que les llevarán al exitoso puerto de sus vidas. Docentes que llevan a cabo proyectos ilusionantes e ilusionadores a los que los alumnos se entregan, involucrándose totalmente, dispuestos a cumplirlos y compartirlos con nosotros, y eso es algo que sólo un buen profesor es capaz de lograr y valorar.
Ahora que doy un paso a un lado para dejar que otra compañera ocupe mi lugar y observando el plantel de jóvenes profesionales que conforman el actual claustro y entre los que se encuentran para orgullo mío mi hija y mi sobrina, pienso que sin duda alguna estáis abocados al éxito. Y como solía y suelo hacer hincapié a mis alumnos, deben y tienen que sentirse muy orgullosos de estar en este colegio, que ha sido, es y estoy convencida continuará siendo un referente importante en el panorama educativo murciano.
Por todo lo dicho, reitero sentirme gratificada por haber formado parte de esta comunidad educativa, de haber compartido trabajos, esfuerzos, ilusiones, alegrías y algún que otro sinsabor, pero sinceramente todo ello, empero, ha merecido la pena. ¡ Gracias por haber compartido este ratito de mi vida !
Y ahora a seguir soñando, ilusionándome, aprendiendo y planteándome nuevos retos, ¿el aprendizaje del chino o del árabe, tal vez?, ja ja.
Por último, hago mía la frase del filósofo que dijo aquello de que ”VIVIR ES ESTAR EN UN CONTINUO APRENDER” .
(Por cierto, voy a seguir viniendo, pero ¡ojo!, solo los lunes.)
HASTA SIEMPRE.
Dña. Magdalena Díaz