Continuamos con el ciclo de cuentos de terror. En esta ocasión, Nuria Saorín Cano, de 3ºA de E.S.O., nos brinda un relato en el que la protagonista, ante una mentira que le causa un dolor infinito, despliega una crueldad inaudita para cumplir un juramento…
JURAMENTO
por Nuria Saorín Cano (3ºA E.S.O.)
Uno
Yo estaba sola. Sola entre gritos. Sola entre insultos. Sola entre personas que me hacían daño cada día. A cada cosa que me decían, me lo iba creyendo más. Aun sabiendo que era mentira. Cuando me di cuenta, ya era demasiado tarde. Nunca dejes que te derrumben, porque llegará un momento en el que ya no puedas reconstruirlo. Hazme caso. No seas como yo. No dejes que sea demasiado tarde. Sé que nadie leerá esto, pero que alguien me salve. Por favor.
Dos
Hablé. Busqué ayuda. Lloré. Pero nadie me hacía caso. Estaba sola. Lo veía todo oscuro. Hasta que llegaste tú. Tú me sacaste una sonrisa cuando más lo necesitaba. Pero cuando más te necesitaba, me abandonaste.
Tres
Cada día va a peor. Desde que me abandonaste, ya no sé qué hacer. He ido a tu casa y me dijeron que te fuiste. Te sigo recordando con dolor, mucho dolor. ¿Por qué me abandonaste? ¿Por qué me mentiste, diciendo que nunca me abandonarías? Mentiras. Todo son mentiras. Te echo de menos. Te odio, y juro que te haré sufrir como tú me lo has hecho a mí.
Cuatro
Abandoné ese estúpido lugar y caminé por la calle, preguntándome dónde estabas. Me fui a mi casa, y cogí las tijeras para cortar la carne de mi madre. Me las guardé en tu mochila. Luego fui a tu casa para «preguntar» dónde estabas, otra vez. Llamé al timbre. Salió tu madre. Me invitó a pasar. Una pena, tu madre era muy hermosa. Era. Le clavé las tijeras en el ojo, y soltó un alarido de dolor. Se arrastró por el suelo como si fuera una puerca en el barro, intentando escapar. Le pregunté dónde estabas. Me dijo que te fuiste a Inglaterra, con tus abuelos. Luego le rajé la garganta como si fuera mantequilla. Vi cómo salía sangre a montones de su hermoso cuello. Una escena hermosa. Saqué mi móvil y le hice un par de fotos. Ah, la «belleza» real hecha foto. De repente, tu padre abrió la puerta de la entrada y se quedó asombrado. Me recordó a ti, ambos sois muy parecidos. Le maté directamente, ya no me interesaba seguir ahí. Tenía que encontrarte y hacerte sufrir, ¿no?
Cinco
Tuve que ir de incógnito, ya que, obviamente, se había descubierto el asesinato. Con mis mismas tijeras, corté mi pelo por las orejas, luego me puse unas gafas de sol y una sudadera. Cogí mi maleta y pedí un taxi hacia el aeropuerto. Fue bastante difícil entrar, ya que me están buscando, pero cogí el carné de mi madre antes de salir, ya que ella también llevaba el pelo corto en la foto. Compré los billetes y me esperé un par de horas para coger el avión, ya que el anterior había salido. Prepárate cuando llegue.
Seis
Estoy cansada. No te encuentro por ninguna parte. Día a día, he ido a varios institutos para acabar esto. Pero nunca estás. Creo que es cuestión de tiempo que me encuentre la policía, pero tengo que acabar esto. Tenemos que acabar esto.
Ya solo me falta un instituto. No me lo puedo creer. Estoy viéndote. Con solo ver tu verdadera sonrisa que nunca me dedicaste, me pongo feliz, ya que nunca volverás a hacerla. Mientras me voy acercando, veo que estás con alguien. Alguien que me ha sustituido. Sabía que pasaría, que nuestra amistad no era real. Os seguiré hasta vuestra casa. Veo que vais al mismo destino. Ya no aguanto más. Estallo en ira y locura, y corro hacia vosotros. Primero le clavo las tijeras por la espalda a tu amigo, que hasta hace un segundo estaba sonriendo, pero ahora chilla y agoniza, como yo hice en aquellos tiempos. Cae al suelo como si fuera un saco de patatas. Antes de ir a por ti, me agarras el brazo con fuerza, y forcejeo un poco. Como a tu madre, te intenté clavar el cuchillo en el ojo, pero lo impediste, y, me lo clavaste en el pecho. Tosí sangre, mucha sangre. Veo cómo gritas por lo que has hecho. Sonrío. Has matado, me has matado. Llevarás ese peso toda tu vida. Sufrirás por la muerte de mi sustituto y la mía. Veo cómo lloras. Veo cómo toda tu vida se derrumba. Al fin y al cabo, ese era el plan. Al fin, he cumplido el juramento. Sufre para siempre, como me hiciste sufrir a mí.
Nuria Saorín Cano (3ºA E.S.O.)
Javier Aguilar dice
Me parecen super chulos los cuentos de Halloween, algunos son muy divertidos y otros son alucinantes.
Fidel Díaz Sánchez dice
Enhorabuena por este relato Nuria…pero me lo pensaré antes de darte la espalda ¡que miedo!