El pasado lunes día 25 visitamos con nuestros alumnos de 1ºA y 1ºB de E.S.O. la Rambla del Valle (@TurismoElValle), ubicada en la parte norte de la Sierra de Carrascoy, a unos seis kilómetros de la ciudad de Murcia, en la zona sur.
Tras iniciar la salida a las 9:30 horas, fuimos recibidos por dos guías de la Asociación Columbares (@Asoc_Columbares) que nos mostrarían el valor natural, cultural e histórico del Parque Regional, declarado en 1979 Parque Natural.
Aunque tuvimos que dividirnos en dos grupos y hacer la ruta a la inversa, las actividades fueron las mismas para todos: conocer el vivero de la Rambla del Valle, observar los hornos de yeso e identificar la vegetación propia del curso del agua.
EN EL VIVERO
Una vez que conocieron la finalidad que tiene un vivero forestal (cultivar especies vegetales que se utilizan para repoblar montes en la Región de Murcia), hicieron cuatro grupos para trabajar la siguiente actividad sobre la vegetación típica del Valle-Carrascoy :
a) Leer la información de la especie autóctona que se le ha asignado al grupo (pino carrasco, palmito, lentisco y encina).
b) Observar la imagen.
c) Buscar la planta o el árbol en el vivero.
d) Hacer un resumen de la información.
e) Exponer al resto de grupos los aspectos más relevantes de dicha especie.
EN LOS HORNOS DE YESO
“En la actualidad, aún quedan en La Rambla restos de los hornos construidos con piedra arenisca en los que se cocía de manera tradicional el yeso. No debemos olvidar que esta es una zona de afloramiento de este mineral por la desecación del agua recogida de los barrancos. Una vez calcinado el yeso, lo llevaban en carros hasta los molinos de Santo Ángel, donde lo molían y preparaban para su comercialización”.
Estas palabras son un resumen de la historia que el guía nos contó cuando vimos los hornos, visita que fue acompañada de otra actividad: la recogida de muestras de yeso, tarea difícil para los que prefirieron buscar cristal de yeso.
EN LA RAMBLA
Para conocer mejor el paisaje forestal, los alumnos se volvieron a agrupar y recibieron varias tarjetas en las que aparecían fotografiadas plantas como el junco, la albaida, el esparto o la caña. A su paso por la rambla tenían que ir identificándolas.
Esta experiencia ha sido muy positiva para su vida cotidiana, puesto que han aprendido lo importante que es cuidar nuestro entorno natural y la gran variedad de plantas y de animales que viven cerca de nuestra ciudad. Seguro que cuando pasen un día al aire libre y en familia se sentirán orgullosos de reconocer que lo que están viendo es un taray.