La semana pasada, como ya reseñamos en esta entrada, vino al colegio un grupo de profesionales, voluntarios y usuarios de Jesús Abandonado para desarrollar el Proyecto Escuela Amiga. Si en la entrada antes enlazada se ofrecía la visión de un profesor, en esta se ofrece la visión de una alumna, Andrea García Cazorla, de 4ºB de E.S.O., que en este texto nos cuenta las impresiones que tuvo y las emociones que le suscitaron las «Confesiones» de los seis usuarios de esta fundación.
JESÚS ABANDONADO
por Andrea García Cazorla
La charla del pasado martes me pareció muy emocionante y llamativa, se trató de un acto en el que nadie pudo evitar soltar alguna que otra lagrimilla.
En mi opinión, la vida de esas seis personas tiene una doble función que nos ayudará muchísimo el día de mañana para ser mejores como personas.
Por un lado, es un ejemplo a seguir, ya que en dos casos murieron familiares después de haber discutido con ellos, y creo que, en este sentido, son personas superfuertes porque debe de ser durísimo afrontar esas muertes sin haberse despedido de ellos antes. A mí verdaderamente me causó mucha impresión la vida de aquellas personas, pero especialmente la de un muchacho jovencillo. Se llama Francisco y contó que con tan solo 4 años su padre falleció, a los años el hermano murió en un accidente de coche después de haber tenido una fuerte discusión con él y, por último, su madre acabó suicidándose amargada y desesperada del dolor de sus hijos. Uno, muerto, y el otro enganchado a la droga, Francisco. Pero después de todo esto, él siguió para adelante con las pocas fuerzas que le quedaban y fue a parar a Jesús Abandonado, una asociación que ayuda a las personas sin hogar y sin trabajo, para que puedan ser autosuficientes. Francisco está desintoxicándose en esa asociación desde hace seis meses y está siendo tratado por psiquiatras y médicos para ayudarlo a afrontar la muerte de sus dos seres queridos, pero sobre todo la de su hermano, pues se siente culpable de ella.
Ahora todos los que están en esa asociación, por lo menos los que fueron el martes al colegio, realizan talleres donde pueden sacarse algún dinerillo, se relacionan con otras personas y no se sienten tan perdidos como se sentía al principio.
Pero, por otro lado, no son un ejemplo a seguir, porque debido a los malos actos y acciones que hicieron en su pasado están sin un hogar y sin familia. Pero al fin se han dado cuenta de sus errores y ahora se están recuperando.
Una frase que no se me va a olvidar nunca y que uno de ellos dijo es que cada uno elige su destino: si tratas tu presente bien, el futuro te tratará mejor, pero si lo tratas mal tendrás un futuro peor.
Ahora para Navidad es la campaña de alimentos y me gustaría que todos pusiéramos nuestro granito de arena y ayudáramos a todas esas personas que lo necesitan.
Andrea García Cazorla (4°B E.S.O.)