Una noche cualquiera de trabajo puede convertirse en la última noche… Elena Fernández Pelluz, de 4ºB de ESO, nos adentra en una situación de gran tensión y de fatídico desenlace con su relato Te toca a ti, dentro de este ciclo de Halloween con el que nos divertimos con el terror…
TE TOCA A TI
por Elena Fernández Pelluz
Me llamo Jessica y estoy muy orgullosa de mí misma. Hace tres meses que trabajo en una gasolinera y es mi primera noche sola. Mi jefe, el señor Brown, vino esta mañana muy nervioso y preocupado; Jake, quien hacía el turno de noche, había tenido un accidente de moto y estaba hospitalizado. No podía creérmelo cuando me lo dijo, a pesar de no estar aquí mucho tiempo nos hemos hecho muy amigos, siempre es amable y cariñoso conmigo y sabe sacarme una sonrisa, por esto, no dudé ni un segundo en ofrecerme para sustituirlo; aunque ahora estoy un poco nerviosa. El señor Brown no puede quedarse conmigo porque tiene que ver cómo está Jake, pero me enseñó dónde estaba el botón de emergencia y llevaba el móvil, así que no tenía por qué preocuparme. Llevo aquí desde las diez escuchando la radio y entre canción y canción se me han hecho las doce. A pesar de estar aquí dentro, puedo oír los truenos sonar fuera, parece que el parte meteorológico no se equivocaba, iba a caer una buena tormenta.
Es casi la una y estoy muy aburrida, no hay absolutamente nadie fuera, ni siquiera un coche, y encima el móvil lleva sin cobertura un buen rato y la radio tampoco coge señal. Todo está muy tranquilo, pero hay algo que me inquieta, ¿será este silencio eterno junto a ese intenso sonido de la lluvia cayendo?
Desde las tres de la madrugada no para de ir todo a peor, esta situación me está haciendo perder la cabeza. Sobre las tres y cuarto las luces exteriores dejaron de funcionar tras caer un colosal rayo que hasta me hizo dar un respingo y lo peor de todo es que cuando miré afuera había una sombra alargada en la otra acera. Por un momento pensé que era real, pero después de ir al baño, lavarme bien la cara y volver a comprobar que seguía sin cobertura, volví y, como era de esperar, no había nadie.
La tormenta no cesa, las luces interiores de la gasolinera están empezando a parpadear también. Y pensar que Jake tiene que soportar todo esto; por suerte mi turno termina a las siete, por lo que quedan unas dos horas para poder irme por fin a mi casa.
Estoy volviendo a ver cosas, no, no veo cosas, sino a un hombre. Él sigue mirando hacia aquí inmóvil; esto no es mi imaginación, esto es real. Parece que se está acercando, madre mía. ¡Qué hago! ¿Qué querrá a estas horas? ¿Es que…? Las luces acaban de apagarse y no veo nada, estoy muy asustada, necesito una linterna, voy a usar la del móvil. Ahora que la he encendido puedo ver, pero no me siento tranquila. La ventanilla está justo detrás de mí y no sé si darme la vuelta, mejor dicho, no quiero darme la vuelta. ¿Y si está ahí?
Por fin decido darme la vuelta. Cuando me giro, otro rayo enorme cae dejando ver que ese hombre misterioso ya no está y eso me inquieta aún más; en su lugar hay una nota que pone: “Te toca a ti”.
Esto es serio, tengo que llamar a la policía, no puede ser una broma, estoy empezando a hiperventilar, quiero irme ya. El móvil ya funciona, será porque la tormenta está amainando, de hecho me están llamando, voy a cogerlo. Era el señor Brown, Jake ha fallecido en el hospital hace unas horas a causa de sus heridas; no puedo contener las lágrimas, siento que es la peor noche de mi vida. El jefe me dijo que cuando terminase mi turno cerrase la gasolinera y me fuera a casa, ya vendría el otro a sustituirme.
Cuando el reloj marcó las siete sentí que todo había acabado, decidí no darle mucha importancia al asunto y no llamé a la policía, solo quería irme de aquel lugar. Todavía está oscuro, así que enciendo las luces del coche para poder ver bien, me acomodo en el asiento y enciendo la música.
Por fin estoy a tan solo unos kilómetros de mi casa, qué ganas ya. Voy a girar a la derecha pero algo me acaba de desorientar, ¿Ese es el señor Brown? Estoy pasando por su lado pero no se inmuta; definitivamente esto es otra alucinación de las que últimamente tengo, me estoy volviendo loca. La radio está fallando como en la gasolinera, solo que esta vez no hay tormenta. Intento sintonizarla cuando se escucha en la radio: “Te toca a ti”.
En ese momento, un coche se cruza.